En estas fiestas...

Celebremos… no importan las desilusiones.
Celebremos… no importan los desalientos.
Celebremos… no importan las desesperanzas.
Celebremos… no importan los desamores.
Celebremos… no importan las peleas.

Celebremos, simplemente.
Celebremos, con ilusión.
Celebremos, con fuerza.
Celebremos, contra todo.
Celebremos, para no desfallecer.

Porque, más allá de los credos,
De los colores y de las ideas,
Celebrar es compromiso,
Celebrar es pasión,
Celebrar es compartir,
Celebrar es vida,
Celebrar es perdonar,

Es decirle “sí” al mundo…
Aquí estoy y te espero,
Aquí estoy y salgo a buscarte.

Primero, el principio.

Empecé a escribir de chica, cuando estaba en el secundario y me fascinaban las novelas de Agatha Christie... ahí, una profesora me dijo que lo hacía muy bien y que siguiera adelante... extraño, porque es la misma que después me dijo que si estudiaba Letras nunca más iba a volver a escribir... por suerte, se equivocó bastante: estudié el profesorado en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata y acá estoy.
Después, bien, cada uno decidirá qué se puede hacer con eso que nos sale desde el alma: si publicas o se lo compartes en secreto a otro o a un grupo... no vale guardarlo en un cajón y esconderlo de todos... creo que la palabra es algo que se usa para comunicar y si no tiene destinatario pierde su función más esencial.
La imaginación, la palabra, la cultura, el Arte en general, la Literatura en particular, no tienen por qué ser objetos de museo… aun en nuestros tiempos, el alma debe ser nutrida. Y, como en casa, podemos cocinar nosotros mismos o llamar al Delivery… pero hacer nuestros propios platos, es parte del dar de nosotros hacia los demás.

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