Profecías que no creo


Mis ojos fueron cerrados, 
Sin mi corazón quererlo, 
Por un soplo de amargura 
Que ha traído el viento eterno 
De los labios de un profeta 
Que callaba en el desierto. 
Las magias y eternidades 
Lloran aquí sin consuelo, 
En mi corazón herido 
Por la ausencia que no quiero: 
Necesito tu mirada 
Junto a estos mis labios tiernos 
Que se abrirán solitarios 
Imaginando tu beso. 
Ninguna lágrima cae 
Por este rostro de ensueño 
Intangible a las palabras, 
Profecías que no creo. 
Acaso el alba me traiga 
Tu voz cálida de nuevo 
O después la vieja noche 
Me diga que estás volviendo. 
No me importan los pesares 
Ni las contras de este enero, 
Mi esperanza no se muere 
Pues tu espíritu guerrero 
Luchará contra dragones, 
Fuegos, brujos y hasta el tiempo 
Por encontrar la manera 
De estar conmigo de nuevo.


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