El musical más exitoso de Argentina
demuestra su eterna
vigencia.
(Al pie de la reseña están los enlaces a las entrevistas realizadas).
El año 1991, todavía sin ser conscientes de lo que
vendría, marcó no solo un hito en la historia del teatro nacional sino que dio
origen al posicionamiento argentino dentro del mundo de la comedia musical
normalmente acaparado por Broadway o París. No desde un teatro convencional
sino desde el microestadio Luna Park, “Drácula, el musical” (con libro, letras,
puesta en escena y dirección general de Pepe Cibrián Campoy; música original,
orquestaciones y dirección musical de Ángel Mahler y producción de Tito Lectoure),
comenzaba a transitar una historia llena de éxitos, premios y reconocimientos
en el mundo, contando con más de tres millones de espectadores durante todas
sus giras nacionales e internacionales.
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Foto de Damián Mahler |
Veintidós años después de su estreno, y con un elenco
mayormente local, “Drácula” desembarca en Florencio Varela, Buenos Aires, en un
sitio normalmente reservado para espectáculos de doma y folklore, el Fortín “La
Tropilla”. Músicos, bailarines y cantantes varelenses acompañan la puesta en
escena más impresionante de la historia de esta zona del conurbano bonaerense,
liderada por la cadenciosa y potente voz de Juan Rodó y la dirección de Rodrigo
Villani.
Tras bambalinas y durante la prueba de sonido de la
jornada del martes 10 de septiembre, me reciben Ángel y Damián Mahler.
Y aquí me detengo. Siempre supe de la cordialidad y el
don de gentes de Ángel, puesto que hace muchos años y sin conocerme, me cedió
gentilmente el guión de “Drácula” para que lo usara con mis alumnos al estudiar
teatro contemporáneo, con todos los riesgos que eso implicaba e implica en la
actualidad; todo esto, él lo recordaba muy bien. Finalmente, después de un par
de conversaciones telefónicas, acordamos vernos para concertar una entrevista
para el programa “Café entre libros” o, al menos, grabar
algunas breves palabras. Lo cierto es que entre ambos me armaron la agenda
entre bromas y risas me comentaron que estaban contentos con la puesta en
escena y que planeaban realizar el año que viene una puesta de “El jorobado de
París” (por la cual el día anterior, el 9 de septiembre, Ángel había recibido
el premio Hugo por mejor música original). También que, debido a la altísima
participación de la gente y la insistencia del público no solo local sino de
otras provincias, fue necesario agregar más funciones que serían dirigidas y
ejecutadas en piano por Damián quien estaba pronto a viajar rumbo a Córdoba
para ponerse al frente de su propio proyecto “Los tres mosqueteros, el musical”.
Es impresionante, pero desde que comenzaron los
ensayos en el lugar especialmente preparado para “Drácula”, yo escuchaba todo
pero muy en especial la voz poderosa e hipnótica de Juan Rodó desde mi casa a
dos cuadras de allí; eso, teniendo en cuenta que el escenario estaba orientado
hacia otro lado.
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Foto de Andrea V. Luna (14-9-13) |
Luego de un intercambio de tarjetas y datos
personales, Ángel me invitó a presenciar el espectáculo. “¿Cuántas veces lo
viste?”, me preguntó y yo no pude más que sonreír: “Con esta, seis y tengo
entradas para el sábado también”. Nos despedimos con la promesa de mantenernos
en contacto. Damián me acompañó a la sala mientras me comentaba que estaba
estudiando la obra porque “Ya la dirigí pero nunca la toqué: es una partitura
para director/piano y todavía no me la sé”. Nos reímos de la situación y lo
dejé trabajar mientras yo, me sentaba a comenzar mi reseña.
Ese día hizo en Buenos Aires 35º C pero yo sentía frío
en los brazos: todavía, después de veintidós años de la primera vez que
presencié la obra, “Drácula” me hacía poner la piel de gallina.
Andrea V. Luna
Prof. en Letras, U.N.L.P.
Escritora.
Audio de la entrevista a Juan Rodó (Drácula), aquí.
Audio de la entrevista a Patricia Herrera Santolín (condesa Dolingen de Gratz), aquí.
Audio de la entrevista a Ángel Mahler (compositor), aquí.
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