Con
la conducción de Silvina A. Zanetta y la coordinación de Andrea V.Luna y Dolly
Grasol,“Café entre libros” es un programa semanal emitido por www.LaUniversalRadio.com
que, desde febrero de 2013, tiene como objetivo la promoción cultural desde el
ámbito de la Literatura; ayudando, así, a los autores y editoriales, ya sean emergentes
o consagrados a promover sus obras y sus ideas. Con una dinámica que busca el
contacto cercano con el oyente y los lectores, las entrevistas se organizan
según las preguntas y comentarios de quienes se encuentren en línea.
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Dueño
de una voz potente aunque cadenciosa y de matices sutiles e hipnóticos, es un
barítono argentino capaz de cautivar multitudes con su sola presencia en el
escenario. Si bien se inició como cantante de ópera, su consagración llegaría
de la mano de Drácula, el musical de
Pepe Cibrián Campoy y Ángel Mahler interpretando el rol protagónico. Su
composición actoral del conde Drácula nos ha brindado una nueva visión del
personaje original de Bram Stoker y lo ha transformado en un ser apasionado y
seductor que va
más allá de lo pautado en el guion y que es capaz de conmover al auditorio
hasta las lágrimas. La visión del comportamiento de los espectadores conmueve:
gente con la mano en la boca conteniendo el aliento, hombres y mujeres llorar,
niños sorprendidos diciendo “quiero cantar así” y todos coincidiendo en la
sensación de “la piel de gallina” de la emoción que flota en la atmósfera sobre
el auditorio. Sin duda alguna, la pasión por el canto y la actuación se
transmiten en el escenario función tras función más allá de cuál sea el ámbito
en el que le toque actuar: un gran teatro, un escenario abierto o, incluso, una
carpa creada para la ocasión.
Silvina Zanetta: Para nosotros es un placer compartir
con vos tanto talento y, en especial, talento puramente argentino. Bienvenido
Juan a nuestro programa.
Juan Rodó: Un placer estar hoy acá y muchas
gracias por invitarme.
Silvina Zanetta: Como todas las semanas tenemos creado
un evento en Facebook y ya te han dejado un montón de comentarios. Uno de ellos es el de
Patricia Herrera Santolín (la “condesa” de Varela) dice: Al Conde no tengo
más que expresar mi total admiración hacia su persona desde todos los planos:
artístico, actoral, vocal y humano ¡Cuántos talentos reunidos en un ser humano!
Más de una vez pude manifestarle a Juan la gran emoción que despertaba en mí
escucharlo y verlo actuar con tanta pasión y excelencia. Mi pregunta sería: ¿de
qué manera se trabaja para que a lo largo de los años, el hermoso personaje que
debe interpretar, siga siendo como el primer día? ¡Qué gran don el poder erizar
la piel y emocionarnos hasta las lágrimas con su sola presencia! Me encantaría
saber de su entrenamiento vocal diario. Sé que en la vida no hay
imprescindibles... pero en este caso estoy convencida de que, Juan, ¡vos sí que
no tenés reemplazo! Me encantó compartir semejante proyecto contigo y todo el
maravilloso elenco. Fue un verdadero honor y privilegio que Dios y la vida me
brindó.
Juan
Rodó: Es una
respuesta un poco difícil porque nace de una convicción, de un entender cómo
son los procesos de la vida y de valorizar lo que uno tiene, lo que uno logra:
a veces el ser humano no está muy preparado para soportar repeticiones o
valorar las cosas que de manera cotidiana. Tendemos a arrutinarnos, a perder la
capacidad de sorpresa… y eso tiene que ver más con la persona que con algo
técnico; en ese sentido yo aprendí (y eso se aprende sobre la marcha) a
entender que esto que yo había logrado con Drácula
era un gran regalo. Con el paso de los años empecé a respetar esto que se va
haciendo carne en uno, como una cosa casi habitual, y ahí uno empieza a
valorizar que esto es algo que no ocurre siempre, que son oportunidades que no
ocurren a menudo. Uno se siente especial por la oportunidad no solo de haber
sido elegido para hacer el musical sino también por la dicha de hacer el mismo
durante veintidós años: y esto no ocurre en el teatro nacional muy a menudo.
Con lo cual hay que entender que cuando ocurren oportunidades como esa hay que
saberlas valorar día a día, por haber sido elegido como Drácula y merecérselo
con cada función. Con lo cual para mí haber hecho las funciones de Florencio
Varela, fue una oportunidad nueva, muy linda y fresca porque fue compartir con
artistas que estaban haciendo sus primeros pasos en el teatro… por un lado, esa
energía linda y por el otro el hecho de vivir un espacio que fue similar al
espacio donde yo debuté que fue el Luna Park, esa carpa creada para la ocasión.
Silvina Zanetta: Te ligó emocionalmente a esa
sensación que tuviste la primera vez que actuaste.
Juan Rodó: Eso fue para mí novedoso, refrescante
y una experiencia muy importante, sobre todo porque hay muchísima gente que no
pudo ver Drácula, muchas veces por cuestiones económicas y en este caso
lo pudieron hacer porque la entrada era gratuita: esto ayudó a que, por lo
menos en Florencio Varela, se hiciese más popular.
Andrea V. Luna: Buenas tardes, Juan. En estos
veintidós años, Drácula ha cambiado no solo en la letra y en algunos
arreglos musicales sino en tu visión del personaje: para completar un poco la pregunta
de Patricia quería, que nos contaras cómo fue evolucionando tu interpretación
de Drácula porque, convengamos, no es igual a la de aquella primera temporada con
Cecilia Milone y Paola Krum.
Juan Rodó: Por suerte no es lo mismo, porque sería
muy aburrido hacer siempre lo mismo sin que haya mutaciones: en la vida siempre
hay mutación y hay mucho cambio que tiene que ver con lo evolutivo. Si yo
quisiera explicar estos cambios, no sé si los podría explicar muy bien: puedo
decir, quizá, que cambié aquella cosa o esta otra, pero hay cosas que tienen
que ver con la madurez, con una evolución mía como artista, como persona, las
vivencias de uno van cambiando con el correr del tiempo y esto hace que unos
sea otro y, al ser otro, hace otras cosas. Por ejemplo, no veo vídeos de Drácula
anteriores y, cuando veo los del Luna Park me dan ganas de llorar porque no me
gusta lo que hice… pero fue fruto de ese momento: yo ahora no haría eso, haría
otras cosas; y yo estoy con esta nueva versión mía de Drácula que tiene que ver
con convicciones personales sobre la actuación, sobre la visión de la obra y en
dónde radica su potencia. En un primer momento yo era mucho más expresionista
en mis movimientos, yo ahora confío más en la economía de movimientos: la
fuerza no radica en lo que uno haga mucho con los demás sino en la intensidad y
en eso he trabajado.
Andrea V. Luna: ¿Cuánto te permitís innovar o decir:
“En esta función le agrego un poquito o en esta otra le saco un poquito” para
que no se te haga tan monótono… porque vos a veces hacés las funciones una
detrás de la otra. En ese sentido, ¿cuán locos sos capaz de volver a los
músicos o al director en ese momento?
Juan Rodó: En general, en lo musical los cambios
se van sucediendo de a poco con algunas ideas que mágicamente surgen a veces en
las funciones y del entendimiento que tengo con Ángel (Mahler) que me mira o me
siente y ya sabe lo que voy a hacer: me mantiene notas larguísimas, presiente
cuál es mi fiato,
piensa cuándo voy a respirar, cuándo voy a necesitar un reposo… y él me
acompaña sin decírselo, lo presiente: esa intuición es algo único que tengo con
él y cada vez más a través del tiempo. En cuanto a Pepe (Cibrián Campoy), él
siempre es muy abierto a los cambios, a las novedades, a las ideas: él mismo a
veces se aburre y cambia sus puestas: nunca se mantiene exactamente igual. Yo
creo lo mismo: trato de, siempre dentro del lineamiento de la dirección del
personaje, recrear y estar abierto a que hay cosas que pueden surgir y que
renuevan cada función.
[Espera a leer más de esta entrevista en las próximas entradas. ¡No te lo pierdas!
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